La autora del llibro Capital campaigns: strategies that work, Andrea Kihlstedt, asegura que las motivaciones que llevan a las personas a actuar, a donar, pueden clasificarse en tres grandes grupos:
- Placer: Dono porque disfruto hacerlo.
- Efecto: Dono por los resultados que se logra con lo que aporto.
- Deber: Dono porque me siento comprometido a hacerlo.
Probablemente sólo algunos donen por una única razón, mientras que la mayoría lo hace respondiendo a una suma de factores, pero lo cierto es que el segundo grupo de motivaciones ha ido cobrando cada vez mayor importancia. Para atraer la atención y recibir donaciones, ya no basta con que la institución tenga un líder carismático, una conmovedora historia que contar, o que la causa que apoya represente una verdadera urgencia social. Hasta los más sensibles socialmente quieren tener claridad acerca de la diferencia positiva que se puede conseguir gracias a sus aportes.
Esto, que parece obvio, muchas veces se olvida porque se supone que con enunciar la misión de la organización y los objetivos que se persigue, es suficiente. Pero no es así. A la consigna de ‘hacer bien el bien’, hoy es preciso agregar ‘y hacerlo saber bien’, como en los mejores planes de relaciones públicas. Para eso existe una diversidad de soportes de comunicación, pero qué mejor que Internet para informar, recibir comentarios, responder consultas y generar comunidad, todo en tiempo real.
Entre todas las herramientas disponibles, los blogs son muy útiles no sólo para contar el día a día de la organización, compartir inquietudes y plantear necesidades, sino también para brindar datos concretos acerca del impacto de ese trabajo: cuántos niños más han recibido educación, cuántas hectáreas de bosque se ha protegido, cuántas atenciones de salud se ha podido brindar, etc.
En ocasiones ocurre también que los esfuerzos de comunicación de una organización, aún si se desarrollan sobre un mismo soporte (la red, en este caso), se encuentran dispersos, y así pierden potencia. Por eso llama la atención la iniciativa de Oxfam International, que ha integrado en un solo sitio, la ‘blogosfera Oxfam’, los posts de todos los blogs activos de su entidad, además de sus actualizaciones en otros medios sociales (Flickr, YouTube, MySpace, Twitter).
Ya sea que los potenciales donantes a los que buscamos vayan a actuar por placer, por deber o motivados por el efecto de su donación, no desaprovechemos la oportunidad de responder al menos a este último factor, en el que con un buen uso de la información es posible influir verdaderamente.